miércoles, 8 de julio de 2015

ALMANZOR ARRASA BARCELONA PERO NO AGRANDA AL-ANDALUS



El cinco de Mayo del 985 de nuestra era en la maqsura, la explanada que había entre las murallas y el puente romano, de la Córdoba califal se produce el alarde para la nueva aceifa que se producirá en tierras cristianas por parte del ejército andalusí. Al mando el Todopoderoso Al-Mansur bi-Allah, el martillo de los reinos cristianos.
Almanzor

Este algecireño que llegó a lo más alto del poder qurtubi, por una espada que puede provocar también la caída como el alzamiento de Reyes, ya que la favorita del Califa Alhakan, la vascona Shubb le proporcionó todo lo necesario, mientras el lecho del harén no estuviera frío. Así de esa forma los dos  tendrían lo que necesitaban, ella protección por un hombre ambicioso y poderoso, y él estar al tanto de todas la intrigas y movimientos de sus enemigos, y como no, los dos tener en sus manos el poder absoluto.

Alhakan II
Pero claro, Abu Amir sabía que un gobernante sin batallas ganadas era muy vulnerable ante sus enemigos políticos, un gobernante sin un ejército fiel y leal, estaba muerto, y él las batallas las tenía ganadas en el norte de África, y eso en al-Ándalus era luchar contra cabreros y no contra soldados. 

Por eso comienza una serie de batidas contra los reinos cristianos y así demostrará quien tiene el poder en al-Ándalus y en la península.


Y ahora, cuatro años después de la primera decide que Barsaluna (Barcelona) era su objetivo, tenía que enseñar a Borrell II, conde de Barcelona y dependiente del reino Franco, que las fronteras de Dar al-Islam se respetan.

Este ejército bien pagado, en su mayoría mercenarios, hace que sean muy  peligrosos; hombres que son saciados con un gran botín, mujeres y fama; hombres de leyenda, hace del ejército qurtubí invencible.

Pues bien, estos llegan a la Kura de Tudmir, a Murcia, donde son agasajados y vitoreados como héroes y protectores de sus tierras, ¿quién se atrevería a no hacerlo?, bien por miedo o por sentirse seguros. El viaje continúa hasta Balansiya, Valencia, donde ocurre lo mismo.


Pero cuando el ejército andalusí comienza a internarse en tierras catalanas, el Conde Borrell II intenta frenarlo con una cantidad no despreciable de voluntarios, pero un ejército de hombres que están acostumbrados a luchar con la tierra u otros oficios no son problema, y son derrotados por los andalusíes.

Estos no pueden otra que buscar de refugio y lo hacen en la capital, dentro de sus murallas que tanto embutes han resistido desde que era la antigua Barcino; mientras Almanzor va arrasando lo que encuentra a su paso, no solo tierras, sino vidas, las cristianas como esclavas, y los hombres son decapitados junto a su prole.


Murallas de Barcelona

Las villas como Montcada, Ripollet, Cerdañola, Vilapiscina y Sant Cugat del Valles, donde el sarraceno se cebo con los nueve monjes que fueron asesinados, para saquear e incendiar el monasterio.
Otro monasterio que sufrió el mismo acto fue el de San Pedro de la Puelas, donde todas las monjas fueron degolladas.

A medida que se acercaba a Barsaluna, todo lo que dejaba atrás era solo un rastro de muerte y desolación. Los refugiados en la capital catalana creían que tenían una posibilidad si el andalusí entraba en la ciudad, el puerto sería su escapatoria, pero Al-Mansur era de los mejores estrategas, y dispuso que la flota califal obstruyera ese puerto natural lo que hizo de Barsaluna una ratonera.

El asedio comienza el día 1 de Julio, y con la cualidad que caracteriza al qurtubí, desembarca unos almajaneques, catapultas enormes, que destrozarán no solo las murallas con los envites de sus proyectiles de hasta 300kgr. si no por la desmoralización de los barceloneses y demás refugiados, ya que parte de los proyectiles eran cabezas de cristianos decapitados; unas mil por día caen dentro de la ciudad o se estrellaban en las murallas.


El día 7 no aguanta más y Barsaluna cae en las garras de los mercenarios andalusíes dándose estos a la masacre, y desolación de la ciudad. 
No solo asesinan y queman casas, si no que además destrozan los archivos públicos y privados, quitándonos un legado importante, como haría en sus locuras alentadas por los ulemas de Córdoba, al hacer una quema de libros en la capital califal.

Y aunque el destrozo fue grandísimo, la cantidad de vidas alta, y el botín suficiente, este al-Mansur no agregó estas tierras catalanas al al-Andalus.  
                    
  ¿Qué cosa más rara? 

Podía haber ampliado de nuevo la Dar al-Islam de una forma rápida y contundente, pero se conformó con destrozar los reinos cercanos creando un estado de terror. 

Otro punto a destacar es la traición Franca, pues el rey de los francos no movió un dedo para ayudar a su estado satélite en la península.

Bibliografía:
Artehistoria
ABC
Educa Madrid
Revistas UCM
Doldcatalunya
libertaddigital
arrecaballo
lapaginadefinitiva

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