Cuando llega la noche de fin de año en la mayoría de los hogares españoles no faltan doce uvas por persona, y es que como decía Mecano en su canción "Un año más", entre pitos y gritos los españolitos celebran en una algaravia de ¡Feliz año nuevo! y matasuegras, todo regado con sidra o cava la bienvenida al año que empieza.
Y es que la tradición de comerse las uvas al son de las doce campanadas está muy arraigada en este país. Por eso se congregan en la plaza donde está el reloj del pueblo o de la ciudad para cumplir con la tradición, otros siguen las campanadas, como se le llama comúnmente, junto al televisor rodeados de familia. Y luego dan rienda suelta a su alegría en fiestas privadas, pub o discotecas bailando toda la noche.
¿Pero conocemos la raíz u origen de la tradición?
Los más mayores cuentan que en 1909 hubo un excedente de uvas en Alicante y para poder venderlo hicieron una campaña de publicidad donde las uvas, fruto común de la época, resultaron ser "las de la suerte". Teniendo tanta aceptación que en muy poco tiempo la tradición se arraigó como una cepa al suelo, haciendo que haya o no excedente de uva, es el fruto que más se vende en el mes de Diciembre.

El pueblo madrileño y especialmente las familias más humildes se molestaron, pues sabían que la clase acomodada, como la burguesía y demás podrían celebrar fiestas privadas que no serían sancionadas, y al ver que no podrían pagar tal sanción, decidieron burlar la regulación de los festejos y a la vez mofarse de los ricos que si las celebrarían.

A los pocos años los periódicos se hacían eco de la fiesta, por ejemplo, el periodista Luis Taboada relata en El Imparcial el 31 de Diciembre de 1897 lo siguiente: “No basta, pues, que se coman uvas el 31 de Diciembre. Hay que saber cómo se comen y dónde y con qué dedos y en qué circunstancias. Lo que se debe hacer, según la opinión más generalizada, es procurar que las uvas sean buenas y que se coman en buena compañía. Y después… después se echa uno el alma a la espalda, y es seguro que no ha de sufrir ninguna clase de sinsabores durante el año nuevo.”
"Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante"

Llevar ropa interior roja, bañar un anillo en champán o abrir las ventanas.
Por lo que podemos decir que todo comenzó con una mofa que todos aceptaron con alegría.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/ipor-que-tomamos-doce-uvas-en-nochevieja
http://columnazero.com/el-origen-de-la-tradicion-de-las-uvas-de-la-suerte/
La Alacena de las ideas:Las uvas de la suerte, laalacenadelasideas.blogspot.com
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