domingo, 25 de octubre de 2015

LA MISIÓN KEICHO SE ALOJA DEFINITIVAMENTE EN CORIA DEL RÍO



En la exploración de las nuevas tierras que España y Portugal fueron descubriendo a lo largo y ancho del mundo, la iglesia tuvo un papel muy activo e intenso, pues toda dominación de lo descubierto estaba blanqueado por la santurronería de expandir la fe de Cristo. 

Por eso cuando los europeos llegaron a Japón quisieron hacer lo mismo que en América y África, dominar esos territorios para sacar provecho de sus productos, pero los nipones no eran los incas, mayas, aztecas, cariocas o tagalos, era una civilización mucho más avanzada  y aunque fueron bien recibidos sus intenciones fueron descubiertas y por eso el Gran Shogun, el rey japonés, decidió prohibir la nueva religión, persiguiendo a los cristianos.

Pero en la ciudad de Sendai, su señor feudal, Date Masamune, gobernaba con ambigüedad, le hacía la cama a su señor, el Gran Shogun, mientras con el fraile franciscano Luis Sotelo planeo una embajada a España tratando un tema que le podría dar buenos frutos, abrir una vía de comercio directamente con Filipinas, América e incluso Madrid, donde vivía el rey más poderoso de la tierra, Felipe III.

Pero no sabía que las intenciones de Fray Luis Sotelo, era conseguir mediante el Papa la concesión de una diócesis en Sendai, como no, dirigida por él siendo nombrado Obispo, y así tener el poder y mandar sobre la otra orden religiosa, y rival de la franciscana que era la suya, los jesuitas, que llevaban un tiempo en Japón. Claro esto hacía que España se impusiera a Portugal, por lo que si accedía al rey español, todo estaba arreglado.

La Embajada Keicho ante Felipe III
Estos fabrican un navío llamado San Juan Bautista con el que zarparán hasta Acapulco con unos 120 japonés y 60 españoles y tagalos al mando del samurai y hombre de confianza  Hasekura Tsunenaga, a finales de 1613.

Cuando estos llegaron a Nueva España, fueron recibidos por el virrey y acompañados por tierra hasta Veracruz donde embarcaron hasta San Lucas de Barrameda, donde el Duque de Medina Sidonia, los acogió y les proveyó barcos de menos calado, pues deberían navegar por el Guadalquivir y esperar en Coria del Río unos diez días hasta llegaran a Sevilla y pudieran dirigirse a Córdoba Toledo y Madrid, donde los recibiría el monarca no sin antes ser recibidos por el Duque de Lerma para saber de asunto se trataría delante del rey.

Resulta que llegan a Coria de Río el 24 de Octubre de 1614, la embajada toma tierra y la cosa cambia para muchos de sus componentes nipones, la situación y las tierras les encanta, pues la ciudad es pequeña y se dedican a la pesca, cría de caballos y a la agricultura, algo paradisiaco para los japoneses, por lo que deciden abandonar la embajada y quedarse a vivir en esta tierra. Además aquí pueden, sin ninguna oposición, prácticar su nueva religión, pues en su país las crucifixiones de cristianos están a la orden del día. 

En esta nueva situación y con una embajada más pequeña, Hasekura y Fray Luis Sotelo siguen su periplo. Felipe III recibe la embajada, pero no le presta atención, pues no viene de parte del Gran Shogun, si no de un señor feudal, no obstante la embajada sale muy contenta por qué escuchan lo que quieren oír y le prestan servicios para llegar a Roma donde Pablo V los recibirá.

La misión Keicho en Roma
Mapa que ilustra el itinerario de la Embajada

El Papa concede a Fray Luis su deseo y por lo que tienen entendido, han conseguido su objetivo, los deseos de los monarcas de realizar sus peticiones. Y para ello ya han pasado 2 años desde que salieron de Sendai. 

Después de todo este viaje, que los ha llevado por España, Francia e Italia, de nuevo se encuentran en Sevilla, de donde parten en 1617 hacia Nueva de España y de ahí a las Filipinas con destino final Sendai, en 1620.


Hasekura rezando

La sorpresa fue cuando al llegar, ya que la situación era totalmente distinta a cuando zarparon hacia España, Fray Luis es perseguido y quemado en la hoguera cuatro años después, y los pactos de las rutas comerciales negados, por las persecuciones tan brutales a los cristianos por parte del Gran Shogun. Así que la embajada no sirvió para nada, pues Haresuka, o murió martirizado o practicando el cristianismo de forma oculta muriendo en 1622, ya que había sido bautizado en la corte del rey Felipe III como Felipe Francisco Tsusenaga.

Los únicos que sacaron beneficio de esta embajada fueron los nipones que se quedaron en Coria y se casaron con mujeres de la ciudad, dejando a su descendencia el apellido Japón, siendo la primera descendiente Catalina Japón en 1667, según los registros bautismales de la Iglesia de la Estrella en Coria, llegando en 1995 a unas seiscientas personas, todas orgullosas de su ascendencia.


Representación japonesa en Coria del Río

Lo curioso es que hasta 1989 no supieron de ello en Sendai, que con motivo del aniversario de su fundación, descubrieron en legajos de 1614 la Misión Keicho y como se resolvió. Desde entonces las dos ciudades disfrutan de un hermanamiento sin igual. 






Así que cuando viajéis a Coria, recordad que los que se apellidan Japón descienden de los embajadores de la Misión Keicho.

Y una duda ¿Águila Roja se apellidaría Japón? 


Aquí os dejo un vídeo sobre esta historia:


Bibliografía:
Apellido Japón. www.ayuntamientocoriadelrio.es
La embajada Keicho, www,seg.org
La embajada japonesa de 1614 al rey de España. cvc.cervantes.es
Coria del Japón, ABC. 
Hasekura Tsusenaga, Wikipedia.

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