El 15 de noviembre de 1886 nacía en el barrio de San Telmo (Buenos Aires)
Baldomero Fernández Moreno
Fue poeta y médico rural, nacido en el seno de una
familia de buena posición económica.
A los seis años de edad, se radica
con su familia en España, donde pasa sus años decisivos de la infancia,entre
Madrid y Barcelona, que dejaron una
impronta indeleble en su obra, la que evocaría más tarde en su obra "La
patria desconocida" y en "Aldea española".
Regresa a la Argentina en el año 1897,
ingresando al Instituto del Cardenal Cisneros, donde comienza a descubrir a los
poetas argentinos, americanos y también a los españoles, entre ellos:
Echeverría, Obligado, Nuñez de Arce y Campoamor.
Se casa en 1919 con la inspiradora de sus
poemas: Dalmira del Carmen Lopez Osornio y tienen cuatro hijos.
En 1949 tuvo un accidente
cerebrovascular y un segundo el 7 de julio de 1950 que le
ocasionó la muerte, en su casa de Francisco Bilbao 2384, barrio de Flores. Fue
sepultado en el cementerio de Chascomús. Llevan su nombre: una calle de Buenos
Aires, la Escuela de Comercio Nro. 4, una de las estaciones del ferrocarril
Urquiza y como dato pintoresco o turístico, uno de sus sonetos está inscripto
en la cara sur del Obelisco.
Sus versos son cuidados y sencillos.
Tenía un especial cuidado de la palabra, una lírica
permanentemente emotiva.
No hacía distinción entre una realidad poética y otra que
no lo fuera.
Siempre consideró que si el hombre se permite ser poeta,
todo lo que mira puede transmutarlo en poesía. Consideraba que podía ser poesía
tanto una mata de hierba como una vereda en la ciudad o en el campo, un molino,
o las vísceras del cuerpo humano.
Tanto Jorge Luis Borges como Ezequiel
Martínez Estrada han examinado la mirada poética de Baldomero para captar
la realidad urbana o rural.
Según Borges, Buenos Aires fue «vista para siempre» en
algunos de sus versos.
Otro de los que se sintieron inspirados por su obra fue Mario Benedetti, que sin
rubor declaró que fue como su maestro, aún sin conocerlo, pero su obra se le
presentó reveladora para la poesía que él buscaba.
Leopoldo Lugones también se
mostró admirador de su obra.
Obra:
Las iniciales del misal (1915), Ciudad (1917), Por el amor y por ella (1918)
Campo argentino (1919), Versos de Negrita (1920), Nuevos poemas (1921)
Canto de amor, de luz y de agua (1922), Mil novecientos veintidós (1922)
El hogar en el campo (1923), Aldea española (1925), El hijo (1926)
Décimas (1928), Último cofre de Negrita (1929), Sonetos (1929)
Cuadernillos de verano (1931), Dos poemas (1935), Seguidillas (1936)
Romances (1936), Continuación (1938), Yo, médico; yo, catedrático (1941)
Buenos Aires: ciudad, pueblo, campo (1941), Tres poemas de amor (1941)
Sonetos cristianos (1942), San José de Flores (1943)
La mariposa y la viga (1947)
Aquí uno de sus famosos poemas:
SETENTA
BALCONES Y NINGUNA FLOR
Setenta
balcones hay en esta casa,
setenta
balcones y ninguna flor.
¿A sus
habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian
el perfume, odian el color?
La
piedra desnuda de tristeza
¡dan
una tristeza los negros balcones!
¿No
hay en esta casa una niña novia?
¿No
hay algún poeta lleno de ilusiones?
¿Ninguno
desea ver tras los cristales
una
diminuta copia de jardín?
¿En la
piedra blanca trepar los rosales,
en los
hierros negros abrirse un jazmín?
Si no
aman las plantas no amarán el ave,
no
sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca
se oirá un beso, jamás se oirá un clave...
¡Setenta
balcones y ninguna flor!
Este poema lo dedicó al colegio secundario que lleva su
nombre en la calle Bolívar y San Juan, Capital Federal, Buenos Aires. Y donde él
era profesor. El edificio muy antiguo y grande tiene todas sus aulas con
ventanales que dan a un gran patio y en las cuales se inspiró. En el mismo sólo
había un árbol y ninguna flor.

Toda la poesía es un tranquilizante para el alma.
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