Era la noche del 9 de Noviembre de 1938 cuando la cervecería Bürgerbräu Keller de Múnich estaba a rebosar de militantes nazis porque era el aniversario del Putsch, el golpe de estado frustrado de Hitler en 1923.



El nombre de Noche de los Cristales Rotos viene por los cristales de los comercios que fueron saqueados y esparcidos por el suelo, y que muchos judíos fueron obligados a pisar bien descalzos o con un calzado poco apropiado, que a fin de cuentas es lo mismo.


Pero nada más lejos de la realidad, el gobierno nazi organizó este pogromo, o extermino judío, aprovechando el atentando ocurrido dos días antes contra su diplomático en París, Ernst vom Rath , que sufrió cinco balazos por la pistola que disparó el joven de 17 años, Herschel Grynszpan (imagen dch), a causa del odio que acumuló ante la situación de sus padres en la frontera entre Alemania y Polonia.


Lo interesante es que según los médicos que atendieron al funcionario nazi expusieron que las heridas eran graves pero su vida no corría peligro, pero eso no le era factible a Hitler pues en su mente retorcida que seguro que estuvo alentada por su ministro de propaganda, Goebbels, idearon que la muerte de vom Rath (imagen izq) como mártir sería más útil para la causa y a París llegó la orden de su abandono médico terminando el diplomático con sus carnes en el Hades. Lo lamentable es que Grynszpan dio pie al Holocausto sin saberlo.
Una de las películas donde mejor está reflejado esta noche fue en la Lista se Schindler.
Ya quedan pocos testigos presenciales de tal barbarie, pero tenemos archivos fotográficos y de vídeo que podríamos visualizar para ver hasta dónde está dispuesto a llegar el hombre:
Bibliografía:
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