jueves, 17 de septiembre de 2015

EL CABO JOSÉ GARCÍA SALVA A LA ALHAMBRA DE SER DESTRUIDA POR EXPLOSIVOS


En el marco histórico de la Guerra de la Independencia, sucedieron unos hechos que posiblemente a mas de uno se nos escapa. Fue el expolio de obras de arte y destrucción de edificios singulares en nuestra tierra por parte del ejército napoleónico.
Jose Bonaparte

Tenemos que entender que, cuando una nación invade a otra, lo que hace es quedarse con lo de valor y destruir aquello que para los invasores no lo tiene.

En el caso de los franceses cuando entraron en la Península Ibérica las obras de arte y joyas fue lo que primero que desapareció. Un ejemplo fue las joyas de la Corona Española, siendo enviadas a Francia por el nuevo Rey, José Bonaparte, más conocido por Pepe Botella, impuesto por Napoleón, su hermano; dejando a la Casa Real sin corona ni demás posesiones.


Ejército Francés
Pero hubo otro desastre, en este caso monumental, y nunca mejor dicho, pues fue el hacer saltar por los aires muchas fortalezas y edificios que tomaron y utilizaron como defensa militar y que al ir perdiendo la guerra fueron destruyendo para que el enemigo, en este caso el ejército español no pudiera utilizarlos.

Ese fue el caso de la Alhambra, cuando en 1810 llegaron a esta fortaleza, el comandante militar Sebastiani, quedó admirado por la belleza musulmana. Se encargó de limpiarla, reutilizar sus cauces de agua, quitar los escombros y hacer de los jardines lo que antaño fue para los nazaríes, un lugar de esplendor. Llegó a tal situación la restauración de la Roja, que José Bonaparte puso un presupuesto anual para su conservación. La Alhambra volvía a brillar casi como lo hizo en su mejor momento.
Cuerpo de Invalidos
Ya que cuando la encontraron estaba en total ruina.

Por ese tiempo el ejército español creó el Cuerpo de Inválidos del Ejército Español, donde se alistaban soldados que habían sufrido alguna herida considerable en el fragor de la batalla, pero que podían seguir siendo útil, por ejemplo la de vigilancia. 

Entonces llega 1812 y Granada esta sitiada por fuerzas españolas, llegando al punto de que los gabachos se ven tan presionados que dedican batirse en retirada. Pero claro el Mariscal Soult ordenó volar el recinto Nazarí, está situado en una posición privilegiada y el enemigo no debe beneficiarse de ella.

Torre del Agua
Colocan explosivos ya no solo en la fortificaciones construidas por ellos con la tala indiscriminada de árboles de los jardines, sino también en las Torres del Agua, de los Siete Suelos, del Cabo de la Carrera y otras siete más, como también en los palacios. 
Vamos que iba dejar la colina Sabika como una era.

Entonces, es cuando aparece nuestro héroe, el Cabo José García, un mutilado de la guerra de Bailén que tenía encomendada la tarea de vigilar a los gabachos. No se sabe como, pero al ver como los explosivos  hacen su misión encomendada por los franceses, el cabo se echa sobre la mecha arriesgo de perder su vida y corta el flujo de chispa salvando al edificio de su total destrucción.
Torre de los Siete Suelos

Es interesante saber que este suceso se corrió de boca a boca llegando a ser conocido por los mandos del ejército español, dando como recompensa la tarea a este cuerpo del ejército, la de vigilar este edificio, manteniéndolo y conservándolo para la posterioridad. Luego al cabo de los años este cuerpo del ejército desapareció, pasando la tarea de padres a hijos siendo en 1996 María Victoria Carrasco la ultima persona que residió en la Alhambra, como esposa del último vigilante.

Del cabo José García, solo sabemos que murió de una epidemia de Cólera que asoló la ciudad de Granada en 1834.

Tenemos que reconocer que no hay ningún documento que corrobore esta hazaña y de José García, pero la popularidad de este suceso hace que se tome como verídico. Pues es verdad que las Torres saltaron por los aires mientras el demás recinto quedo intacto. 

¿Se ha exagerado la historia? Posiblemente, pero en momentos como esos hasta la más pequeña de las defensas puede tratarse como la más grande de las hazañas.
Todo depende del valor que se le dé.

En el recinto Nazarí, exactamente en el Patio de los Aljibes, a la entrada de la Alcazaba junto a la Puerta del Príncipe hay una placa que recuerda este hecho.


Bibliografía:
ABC
El Ideal
Granada Hoy
Sentado en la trébede
Ecos en la distancia
El cruce de caminos

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