jueves, 24 de marzo de 2016

¿QUÉ FRENÓ A FELIPE II CONQUISTAR CHINA?


Desde el punto de vista actual parece una locura e incluso podemos soltar una sonrisa para expresar la ingenuidad o una exclamación de asombro al pensar que Felipe II se le pasara por la cabeza la idea de conquistar China. 

Vemos como la ignorancia sobre algún asunto hace valiente al hombre que no le tiene miedo a lo desconocido. Y es que la situación hegemónica de dominación sobre el mayor peligro de Europa, el Imperio Otomano con la victoria en la batalla de 1571 en Lepanto, hizo que la "Empresa China" se tomara en serio en la corte madrileña.

Los españoles desde que en 1565 se asentaran en las Filipinas siendo el gobernante de las islas Miguel López de Legazpi, siempre estuvieron mirando hacia Occdidente y la idea de hacerse con más territorio amparado por la evangelización de las nuevas tierras que estaban bajo el control musulmán y pagano como en el Nuevo Mundo hizo que muchos vieran una nueva oportunidad de hacerse ricos como lo hicieron los viejos conquistadores ya que parecía que no había más tierras y más gloria como la de Cortés y Pizarro. Entonces muchos exploradores con esas ansias de gloria y riquezas tomaron las Filipinas como un salto hacia el continente asiático, concretamente China, y es que sabían que las islas no tenían los recursos valiosos que buscaban, pero si un lugar de gran valor estratégico.

El primero que hizo abiertamente alusión a esta idea fue el agustino Martín de Rada cuando en su carta dirigida al Virrey de Nueva España le expresa lo siguiente:

" Si su magestad  pretende la China, ques tierra muy larga, rrica y de gran poliçia, que tiene çiudades fuertes y muradas, muy mayores que las de Europa, tiene neçesidad primero de azer asiento en estas yslas; lo vno, porque no sería azertado pasar por entre tantas yslas y baxíos, como ay a la costa della, con navíos de lato bordo sino con navíos de rremos; lo otro tanbién, porque para conquistar vna tierra tan grande y de tanta gente, es neçesario tener çerca el socorro y acogida para qualquier caso suçediere, avnque según me é ynformado, así de portugueses como de yndios, que tratan con ellos, como de vn chino que 
tomaron los días pasados en vn junco, la gente de China no es nada belicosa y toda su confiança 
está en la multitud de la gente y la fortaleça de las murallas, lo qual creo que mediante dios façilmente, y no con gente, serán sujetados"

Esta idea hace que el primer objetivo que es asentarse en la Islas Molucas parece ser relegado hacía esta nueva opción ya que Legazpi escribe una carta en 1570 al Virrey donde pregunta que hacer, sí trasladarse al norte o seguir en Cebú para explotar las islas Molucas, la cuestión quedó resuelta cuando vemos que en 1571 se traslada la gobernación del archipiélago a Manila y al año siguiente llega la autorización real para que una pequeña expedición visite las costas chinas para recabar información, esta estaría a cargo de Juan de la Isla, pero la muerte de Legazpi da al traste con la iniciativa aplazándola.

A pesar de este escollo el sucesor de Legazpi como gobernador de las Filipinas, Gido de Levazares, mantiene la idea y son numerosos los hombres que están dispuestos a proveer material humano y bélico para llevar la empresa china, como el gobernador de Guatemala que plantea utilizar uno de sus puertos para suministrar todo lo necesario.

Así que a España llegan cartas y proposiciones de expediciones que son irreales pero que calan en el monarca y que con su prudencia primero pide más información para saber con exactitud a que se enfrenta y cuánto debe poner él para que sea una empresa que de beneficios.

Uno de los memoriales que plantean la invasión de China es el de Juan Pablo Carrión que con 4 buques dice iniciarla, eso sí a cambio de que se le otorgue el nombramiento de "Almirante del Mar del Sur y de la Costa de China". 

No obstante no es hasta 1574 cuando comienzan los contactos diplomáticos que se inician en la provincia de Fuijan dando estos la autorización de comerciar los españoles en su tierra a cambio de detener al pirata Ling Feng, pero este escapa en varias ocasiones de las autoridades españolas y los contactos se echan a perder.

En 1576 un tal Francisco de Sande retoma de nuevo la idea proponiendo que con 6.000 hombres y la ayuda de los piratas filipinos sería suficiente, además informa que los portugueses no sólo comercializan con los chinos por el puerto de Macao, sino que le están suministrando armas. Promete al monarca riquezas inmensas, pero a Felipe II no le convencen los informes por ser muy parcos en lo que realmente interesa para una invasión.

Esta empresa que parecía que iba ser olvidada de nuevo cobra fuerza cuando en 1580 Felipe II es nombrado rey de Portugal, esto facilita mucho las cosas, o eso piensan, porque decide utilizar el puerto o asentamiento portugués de Macao mediante la diplomacia, pero al iniciarlas otra vez vuelve a fracasar y esta vez es por culpa de los mismos portugueses que viven en Macao.

Entonces a espaldas del monarca se plantea la invasión como la solución definitiva y sin más aplazamientos así que cuando en 1588 llega a España el jesuita Alonso Sánchez tiene incluso que esquivar la autoridad de sus superiores que se oponen a que entreguen esos informes al rey. Pero Alonso está convencido del éxito de la invasión, además le trae buenas noticias, tienen el apoyo de 6.000 filipinos y otros 6.000 japoneses que se han enterado de la invasión y quieren colaborar,
además tienen ya muchos pertrechos y un plan muy elaborado, se necesitan 15.000 españoles y la
invasión se haría por dos frentes, el primero por Filipinas y el segundo desde Macao.


Pero es el peor momento para que el rey decida otra intervención, precisamente había perdido la armada invencible, el desastre mayor ocurrido hasta la fecha, por lo que el rey lo recibe escucha sus propuestas y cuando Alonso sale de la presencia de Felipe II, el memorial es guardado en el cajón siendo aparcado para siempre la "Empresa China"




Una iniciativa que tuvo muchos obstáculos y aún así estuvieron decidos a realizar, es verdad que no sabemos qué hubiera ocurrido pero las crónicas nos dejan ver que la información sobre el Imperio Ming no era real ya que este contaba con un ejército de Un millón de soldados y una población de Cien millones de habitantes. Todo esto unido a la idea de que los chinos eran pueblos como los encontrados en América, inferiores en calidad militar cuando los mismos españoles llevaban inventos chinos como la pólvora, hicieron que esta idea durará por mucho tiempo.


Bibliografía:



















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