lunes, 13 de abril de 2015

REBELIÓN EN LAS ALPUJARRAS


Los Reyes Católicos en las Capitulaciones de Granada firmaron no solo la rendición de la capital de Reino Nazarí, sino también la continuidad de la vida y costumbres de sus ciudadanos fueran del credo que fueran,  especialmente los llamados moriscos.

El texto dice así:
Que sus altezas y sus sucesores para siempre jamás dejarán vivir al rey Abí Abdilehi y á sus alcaides, cadís, meftís, alguaciles, caudillos y hombres buenos y á todo el comun, chicos y grandes, en su ley, y no les consentirán quitar sus mezquitas ni sus torres ni los almuedanes, ni les tocarán en los habices y rentas que tienen para ellas, ni les perturbarán los usos y costumbres en que están.
Que los moros sean juzgados en sus leyes y causas por el derecho del xara que tienen costumbre de guardar, con parecer de sus cadís y jueces.
Que no les tomarán ni consentirán tomar agora y en ningun tiempo para siempre jamás, las armas ni los caballos, excepto los tiros de pólvora chicos y grandes, los cuales han de entregar brevemente á quien sus altezas mandaren.
Que todos los moros, chicos y grandes, hombres y mujeres, así de Granada y su tierra como de la Alpujarra y de todos los lugares, que quisieren irse á vivir á Berbería ó á otras partes donde les pareciere, puedan vender sus haciendas, muebles y raíces, de cualquier manera que sean, á quien y como les pareciere, y que sus altezas ni sus sucesores en ningun tiempo las quitarán ni consentirán quitar á los que las hubieren comprado; y que si sus altezas las quisieren comprar, las puedan tomar por el tanto que estuvieren igualadas, aunque no se hallen en la ciudad, dejando personas con su poder que lo puedan hacer.
                                           "Rebelión y castigo de los moriscos del Reyno de Granada" 
                                                                                             Luis del Mármol, 1600
Estos puntos fueron pronto olvidados y los moriscos fueron humillados y obligados no solo a bautizarse sino también a olvidar su cultura y tradiciones.
Sabemos que Cisneros quemó la biblioteca de la ciudad, la mezquita fue destruida para hacer la catedral y los moriscos eran vigilados por los cristianos que las autoridades eclesiásticas instalaron estrategicamente en los barrios con más musulmanes.
Felipe II
En 1526 por orden de Carlos I se dejó de hacer tal seguimiento y los moriscos puedieron vivir tranquilamente dentro de una tolerancia relativa por la firma del pago al emperador de una cifra 80.000 ducados por el servicio al rey  y 10.000 más por los gastos y costas en ocho años empezando en Enero de 1527. Esta concesión se hizo sobre el tratado que estaba a punto de ponerse en vigor y donde se obligaba a todos el bautismo, a hablar el idioma castellano y a renunciar todas sus costumbres musulmanas, por nimias que fueran.
Pero los integristas de la religión católica en el reinado de Felipe II llegaron a su máximo esplendor y radicalismo y por mucho que los defensores de los moriscos hicieron, no pudieron contener las traiciones de los nuevos soberanos.
Por eso sucede la rebelión de las Alpujarras; se conoce así por que
los rebeldes al nuevo soberano se escondieron en los parajes de Sierra Nevada llegando a tener bajo su control bastante territorio.
Nombraron a su propio monarca Aben Umeya, Hernando de Válor, <<vistiéndolo de purpura, teniendo cuatro banderas a sus pies, reverenciándoles y exhumando profecías>> 

Los rebeldes hicieron una guerra de guerrillas que el terreno propiciaba, de tal forma que aunque no ganaban terreno frenaba las pretensiones del Marqués de Mondéjar y el Marqués de los Vélez.

Estos dos  estaban enfrentados, la situación hizo que el Marqués de los Vélez denunciara al de Mondéjar ante el rey, haciendo que sus soldados se dieran al pillaje y a excesos contra la población morisca.

Como la campaña se frenó a causa de estos sucesos, los moriscos se tomaron la revancha contra los cristianos viejos cebándose con los sacerdotes y sacristanes, y es que las humillaciones que estos ejercieron sobre los moriscos fueron por cosas como la falta a misa, llevar el velo, utilizar plantas para las enfermedades, etc, sirva como ejemplo el castigo infligido sobre algunos de ellos cuando los montaban en una escalera junto a la iglesia desnudos en los días más fríos.


Juan de Austria
Felipe II viendo que esto se alargaba mandó a su hermano, Don Juan de Austria, para sofocar tal rebelión, llegando el 13 de Abril de 1569  a Granada.
  
 Sopesa la situación y después de tener el permiso del Rey para salir con su ejercito a sofocar la revuelta, se lanza a las Alpujarras para combatir a los rebeldes.

Su acción más recordada y tremenda es la destrucción de Galera, asesinando no solo a los hombres que se resisten, pues  no tiene piedad de mujeres y niños, haciendo que sus campos y la fortaleza fuera sembrada con sal para que no  se construyera de nuevo.

Al final, la rebelión de los moriscos fue sofocada, perdiendo la vida muchas personas, pero lo peor fue la deportación a otros lugares de España, los niños fueron apartados de sus familiares, los varones y las mujeres igual, llegando a la cantidad de 80.000 hasta que su expulsión que se hizo tiempo después. 




  

Una novela que cuenta esta historia de forma magnífica es La mano de Fátima de Idelfonso Falcones, la cual recomiendo leer.

Este alzamiento fue el último intento de alzamiento contra el nuevo poder establecido teniendo como último bastión a Granada, y  por la educación de la época, eliminaron:

 LA  CULTURA  ANDALUSÍ

No la árabe, ni la andaluza que conocemos ahora, sino una forma de vivir, de hablar, sentir, de ver los asuntos. 

Bibliografía:
 http://www.lasalpujarras.org/moriscos/
http://granadapedia.wikanda.es/wiki/Sublevaci%C3%B3n_de_los_Moriscos_de_1568
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4049946.pdf
http://genocidiomorisco.blogspot.com.es/2009/09/la-rebelion-de-la-alpujarra-1568-1571.html
                                                                                                     

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