viernes, 27 de noviembre de 2015

KANRÁNSEBES, UNA BATALLA SIN ENEMIGO


Dentro de las batallas que han acontecido a los largo de la historia todas han sido decisivas para los que defienden sus tierras, muchas han sido por ampliar sus territorios, otras por ideologías y otras para recuperar la independencia perdida hace tiempo.

Unas son con mucho, sobresalientes a la hora de utilizar una estrategia, otras por la improvisación que el oficial al mando desplegó en el momento decisivo y otras por ser una victoria aplastante o una derrota sin parangón.


No obstante hay una batalla que ha pasado a la historia como la más absurda, inútil y todo porque no hubo enemigo, eso sí, 10.000 soldados perdieron la vida. 

¡La cara que se le tuvo que quedar al enemigo, cuando llegó al campo de batalla y lo vió lleno de cadáveres contrarios!

Este suceso acaeció en 1788 en el marco de la Guerra Rusa-Otomana. El emperador José II de Austria, aliado de los zares rusos movilizó a su ejército hacia la frontera con Turquía donde se esperaba una invasión otomana. 


El ejército austriaco estaba compuesto por un conglomerado de naciones, todas ellas sometidas por este imperio; entre estas no se entendían pues solo hablaban alemán los oficiales de estos regimientos, lo que dificultaba la comunicación entre ellos, pero se ve que no le dieron importancia, ya que era costumbre que cada ejército fuera con su bandera, hablara su propio idioma y comandado por soldados originarios de ese país, lo que hacía que la cohesión entre los soldados fuera más fuerte que cuando el soldado era integrado en un ejército con el que no se identificaba. Así qué, italianos, servios, húngaros, rumanos y croatas luchaban bajo una misma bandera, 

En septiembre envían hacia Karánseres (Rumanía) a los húsares, una caballería legendaria por ser tan enérgicos en la batalla como en las fiestas, a modo de reconocimiento del terreno. Estos cuando llegaron no encontraron enemigo ninguno, por lo que después de sus trabajos militares confraternizaron con la cercana población civil. 

Estos en ese momento se cruzaron con un campamento gitano que comerciaban con licores comprándole todo un cargamento de aguardiente, que como consecuencia tuvieron una larga fiesta donde la borrachera fue el destino final.


El ejército austriaco viendo la larga ausencia de la caballería decidió salir a su encuentro por si tenían problemas con los otomanos y socorrerlos.

Cuando llegan a Karánseres, lo que descubren es la fiesta que estos tenían, a lo cual se enfadan de tal forma que la trifulca llega a las manos; en el fragor de la pelea por deleitarse en quemar su gaznate con el caldo de la matalahúga hubo un disparo al aire para que se frenase tal algaravia. 

Pero el remedio fue peor que la enfermedad, pues entre el disparo, y que algún mando comenzó a gritar "HALT" "HALT", que en alemán significa Alto; ninguno de los soldados entendió lo que gritaban por no saber el idioma imperial, como hemos explicado anteriormente; y la confundieron con Allah, palabra con la cual los otomanos van al combate; por lo que  la situación hizo que los húsares gritaran ¡Turci Turci!, entendiendo que ese disparo provenía de los francotiradores otomanos, peleándose entre ellos. 

El caos era enorme unos por estar borrachos y los otros por defenderse.

Pero esto fue el principio, pues para colmo el grueso del ejército llega a la posición acordada y cuando ven la batalla se lanzan al galope para socorrer a sus soldados del "supuesto enemigo" y llegaron cercenando gargantas y manos, atravesando pechos a diestra y siniestra, de tal forma que todos se enzarzaron en una cruenta batalla. 


Pero quien puso la guinda al pastel fue la artillería que comenzó a martillear el campo de batalla sin hacer distinciones, lo importante era salvar al ejército austriaco.

Claro cuando la batalla empezó a amainar como cuando una tormenta se aleja, empezaron a darse cuenta que todos los cadaveres y heridos eran austriacos, ninguno otomano. 

Así que recogieron sus bártulos y se fueron cada uno a su lugar con una sensación que creo que no se puede explicar. Ni el propio José II supo reflejarlo en la carta que envió a sus aliados rusos en son de excusa para pedir perdón por la lamentable situación provocada por un único enemigo, el vicio de sus soldados, y que no fue convocado a pelear.


La consecuencia fue que cuando los Otomanos llegaron a Karánseres sé quedaron estupefactos y con gran alegría se dieron al pillaje y saqueo de las tierras por las que pasaron.

¿Entendemos ahora lo del título de la batalla más absurda de la historia? Qué lamentable situación.

BIBLIOGRAFÍA:
La batalla más absurda de la historia: Karánseres, 1788, tonicruzprensa.com
Karánseres, la batalla más absurda de la historia, unahistoriacuriosa.wordpress.
La estúpidamente batalla del aguardiente en Karánseres, historia general.com
La batalla de Karánseres o cómo luchar por un poco de alcohol, curistoria.com
La batalla de Karánseres, los borrachos al cementerio, bellumartis, blogspot.com
La batalla de Karánseres, Wikipedia.

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