sábado, 25 de abril de 2015

EL PAYASO ASESINO

CRÓNICA NEGRA


Hoy nos remontaremos a los años setenta del siglo pasado para revivir los escalofriantes asesinatos de John Wayne Gacy " el Payaso Asesino".

A muchos niños los payasos en vez de divertirles y pasar con ellos un buen rato, sufren al verlos y desatan en ellos las peores pesadillas. A partir de esta historia el cine ha recreado innumerables versiones de payasos que se dedican a hacer sufrir e incluso al asesinato por diversión.

Los que nos hemos criado viendo personajes entrañables como Fofo, Miliki y Fofito, no entendemos como puede un personaje tan divertido puede convertirse en algo tan monstruoso.

Este personaje, oficialmente, comienza en 1972 a hacer de las suyas, atacando a jóvenes de edades comprendidas entre los 14 años a los 21.

Aunque se le conoce por el Payaso Asesino, hay que recordar que nunca cometía sus asesinatos vestido de tal forma. 

Veamos cual fue la historia entonces:

John Wayne se crió en una familia donde su padre alcohólico abusaba físicamente de su madre y lo maltrataba emocionalmente. A parte de esto su vida se puede considerar, mas o menos, normal, por como se desarrollan sus acontecimientos. En los estudios no es un cerebrito, pues no es hasta que no llega a la sexta universidad, que es cuando consigue el título de empresariales.




Lo que contradice con el éxito que tiene como vendedor y buen empresario.

                                                                                                            Se casa dos veces y se divorcia otras dos; resulta que tenía problemas con el sexo revelando como su inclinación es más por los jovencitos.

En el vecindario resulta ser un hombre bastante conocido, es más, bastante querido por su amable carácter, su sociabilidad y su solidaridad con las buenas causas, como los niños del hospital de su comunidad, a donde por las tardes iba vestido de payaso para hacer disfrutar a los pequeños con su espectáculo.


Es interesante que sus vecinos lo conocen por un hombre gordito y bonachón y por lo mal que huele su jardín; achacando ese olor los propietarios, a que las cañerías tienen acceso a un vertedero cercano y otras veces a que un nido de ratas muertas esté en el lugar.

Lo interesante es que nadie identifico el olor a la descomposición de cuerpos humanos.

Su primera víctima no fue Jeff Rignall, el fue de los dos que sobrevivieron y que declaró en el juicio cuando lo detuvieron, aunque si fue oficialmente en la investigación, dijéramos con Jeff comienza los seis años de terror que fue sembrando este hombre.

Pero se sabe, porque estaba fichado, que cuando trabajo en la franquicia de restaurantes de pollo frito, KFC, abusó de varios trabajadores que tenía a su cargo, todos ellos menores, siendo detenido como Sodomita, y estando en la cárcel sobre año y medio, cuando fue condenado a diez; el juez instructor de su causa vio a un hombre nuevo por completo, así que fue indultado.

Llegó a tener relevancia social cuando llega a cumplir profesionalmente con los objetivos de empresa e incluso llegando a estar en las listas del Partido Democrático para ser concejal.

Pero en su mente había otro empeño, y era el sadismo hacia jóvenes que los engañaba con trabajos bien remunerados dentro de su
empresa de construcción.

Los citaba en su casa o bien los recogía él, la cuestión era que se hacia con ellos, los llevaba al sótano de su casa y allí cometía las fantasías sexuales, que no podía alcanzar ya que según el médico que lo trató en presión muy pocas veces obtenía erecciones, torturándolos con su arsenal de utensilios eróticos.


Pero en 1978 la madre de la última víctima, Robert Piest, denunció la desaparición de su hijo
explicando que su hijo había quedado para hablar con un tal John Gacy para pedirle trabajo.


La investigación fue atando cabos que concluye con  el registro de la casa de los horrores; se descubren cuerpos, esqueletos, las herramientas de tortura y a un hombre con varias personalidades, siendo los interrogatorios tan complicado que contestaba a las preguntas como si estuvieran sentados allí, el Payaso, el contratista, el sádico, el vecino, etc.






Fue juzgado y sentenciado a muerte, que no llegó a cumplirse  hasta el 9 de mayo de 1994, catorce años después del juicio.

Sus últimas palabras fueron: <<BESADME EL CULO>>


La Doctora Helen Morrison obtiene el cerebro y lo guarda en su casa. 
Esto puede parecer raro, pero resulta que después de su muerte, quieren investigar sobre él, pues en el transcurso del juicio se desvela que cuando pequeño sufre un accidente, en el que un columpio le pega tan fuerte en la cabeza que le crea un coágulo de sangre, lo que  podría haberle afectado la capacidad para distinguir el bien del mal.


Pero al final se descubre que no hay nada, de lo que buscaban.


Era un hombre con un cerebro normal que actuaba de forma anormal.




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