
Pero la vida de Beatriz no sería un ramo de rosas, más bien llegaría a ser solo los tallos de los rosales únicamente con espinas, pues Ersila muere en 1592 y Antonina y Beatrice son trasladadas a un convento donde se educarían hasta su traslado tres años más tarde a Roma a causa de unos problemas judiciales de Francesco y porque había contraído nuevas nupcias, la desafortunada fue la viuda Lucrezia Petroni.
Y es que Francesco fue acusado de conducta disipada y a forzar a uno de sus criados menor de edad a que tuviera relaciones con él, y solo el soborno con buenos dineros hicieron que saliera absuelto.
Pero ya era conocido por su carácter violento y abusivo, y esto le hizo pensar que el estar cerca de la curia papal le llevaría a apaciguar las aguas y poder sacar más beneficio casando a sus hijos con personalidades importantes de Roma que en la campiña del Lacio no encontraría.

No obstante Beatrice hizo algo inusual, DENUNCIÓ LOS HECHOS, pero como suele suceder en muchos casos, las autoridades hacen caso omiso, y más en ese tiempo pues la condición de noble pesó más que la injusticia.

Así que junto al pretendiente de Beatrice, Olimpio Calvetti y otro colaborador que no ha trascendido el nombre intentaron envenenarle en una de sus visitas al castillo, pero el efecto deseado no llegó, viendo que todo podía ya no seguir sino aumentar, Beatrice y Lucrezia terminaron con la vida de Francesco a golpes con una maza destrozándole la cabeza. Luego los hijos varones Giacomo y Bernardo arrojaron el cuerpo desde una ventana y así simular un accidente.

Apelaron al papa Clemente VIII pero este vio la oportunidad de quedarse con la fortuna de los Cenci y aunque la plebe se alzó a favor de los reos y se atrasó la ejecución por temor a un levantamiento popular, que irónicamente este creyó en que el Santo Pontífice entendería las circunstancias a las que llevaron tal parricidio, no mostró compasión ninguna y la familia Cenci fue ejecutada el 11 de Septiembre de 1599 en el castillo de Sant'Angelo.

Beatrice fue enterrada en la iglesia de San Pietro in Montorio bajo el altar mayor pero sin lápida que recordara a esta pobre joven de 22 años que había sufrido lo indecible, siendo siglos más tarde enterrada en una nueva tumba ya que el ejercito francés saqueo la primera jugando con su cabeza que fue encontrada en una urna de plata junto a su cuerpo.
Por eso si vais a Roma en Septiembre podréis escuchar la leyenda de que en la madrugada del día 11 una silueta femenina aparece en la puerta de la iglesia de San Pietro in Montorio para ir caminando por las orilla del Tiber hasta el castillo de Sant'Angelo, leyenda que se atribuye a Beatrice. 

Bibliografía:
BEATRICE CENCI, MALTRATADA Y CONDENADA, National Geographic Historia, n* 149
3 comentarios:
En la Europa del siglo XVI pasaba como ahora en diversos países donde se cometen múltiples atrocidades en nombre de la justicia y de la religión. Un saludo.
ahora sufrimos torturas de muerte por virus...
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
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