lunes, 11 de mayo de 2015

RASPUTÍN, ¿UN LOCO O UN HOMBRE QUE NO SUPO ESTAR A LA ALTURA?

                                 

Toda historia de personajes influyentes en algún país, continente o Imperio, tiene sus luces y sus sombras. Desde el principio de los tiempos, y como se suele decir, desde que el mundo es mundo, todos los grandes hombres han hecho cosas asombrosas a causa, posiblemente de grandes atrocidades. La historia cuanto más lejana es, se maravilla de las grandes construcciones, de los grandes imperios, de sus caudillos, unos nefastos, otros magníficos, pero todos con personalidades definidas, con un objetivo a cumplir.

Pero en el caso de Rasputín, "el monje loco", toda la introducción queda en nada, porque la ambigüedad con la que vivió es, lo que posiblemente llame la atención.


                                                VEAMOS 

Este hombre que se crió en la Siberia occidental, desde pequeño estuvo influenciado por el culto a la Virgen María, la cual decía que le hablaba. En una familia de campesinos donde el clima es extremo y en una época donde la superstición predominaba, es normal que le hicieran caso. Claro todo esto influía si el aspecto del individuo es grande,  tosco y con mirada penetrante, sabiéndose capaz de atraer a las masas por su carisma. Rasputín tenía todo esto incluido, y llega a la conclusión de que debe realizar un viaje a lugares como Grecia y Tierra Santa para aprender de los patriarcas ortodoxos y poder dedicarse a ayudar a los necesitados.

Esto ocurre cuando regresa a su Rusia natal; durante este viaje ayuda a las familias que le acogen y dan de comer mediante la hipnosis sanando a varias personas, además de darle "ayuda espiritual", ponemos esto segundo entre comillas porque nunca llegó a ser monje oficialmente.

Cuando llegó a Petrogrado, como se llamaba San Petersburgo, inicia una carrera de Santón, autoproclamándose "Hombre de Dios". Sabiendo de su importancia dentro del pueblo pues cada vez tiene más adeptos que le hacen la vida fácil; insiste en ver al  Monseñor Teofán, inspector de la Academia de Teología, que al ver a tal hombre y su carisma como su influencia en el pueblo de senador, le abre las puertas de la nobleza.
Esto para Rasputín es algo que disfruta, y decimos esto, porque él perteneció a una secta llamada los "jlysty" , los llamados flagelantes, que por reuniones tenían fiestas y orgías, ya que su lema era:

<<Se deben cometer los pecados más atroces, porque Dios sentirá un mayor agrado al perdonar a los grandes pecadores>>

Esto hace que la obsesión por el vino y las mujeres le acompañe toda la vida. 

Hasta aquí sería algo normal, pues diríamos que era una persona vividora, pero cuando llegó a formar parte de la vida gubernamental del Imperio Ruso, llegando a convivir con la familia del Zar, incluso tomando parte en los asuntos de la Dumma, Parlamento Ruso, su imagen se deterioró tanto como la de sus protectores.



Rasputín alcanzó lo más alto de la sociedad rusa a causa de la enfermedad que tenía el zarévich, el heredero, Alexis Nikolaévich, que era la hemofilia heredada de su madre, teniendo grandes hemorragias por cualquier arañazo o pequeño corte, ya que la falta de plaquetas hacen que la sangre no coagule. 



En un suceso donde el pequeño por un tirador de una puerta le produce una pequeña herida que sangra, como si de un manantial se tratara, y los médicos ya no pueden hacer nada, la Zarina Alejandra pide al Pope Ortodoxo que haga algo, y este en un momento de desesperación llama a Rasputín como "Hombre de Dios".

Este cuando llega se inclina ante el pequeño, y después de un rato de oraciones, el heredero deja de sangrar, atribuyéndole la sanacion.

A partir de aquí efervescencia en la carrera de Santón de Rasputín toca techo, ya que se instala dentro de Palacio. 
Ahora bajo la protección de la Zarina, que era la que realmente mandaba en la Rusia Imperial, hace y deshace a su antojo.

El libertinaje es bandera de tal personaje, atribuyéndole bastantes escándalos por la prensa del momento. Y es que hay informes policiales donde explican al detalle las juergas, despilfarros, escarceos amorosos de Rasputín. No solo se beneficiaba a cualquier dama de alta alcurnia, si no que no hacia ascos a cualquiera de los más bajos fondos.


La iglesia Ortodoxa que un día fue su aliada, es su enemiga, ya que no respeta a nadie, solo a su estómago y miembro viril. 

Claro esto está en pugna con los mismos informes donde decía, que podía sacarle una gran suma de dinero a un banquero y en pocas horas que se la daba a alguien que lo necesitara.



Su casa, donde vivía su familia, estaba siempre llena de todo tipo de personajes, que pagaban con dinero o en carne, saliendo todos satisfechos con los consejos dados por el Santón.

Aunque lo mejor estaba por venir, ya que llegó a manejar todos los asuntos de Estado durante la I Guerra Mundial, su vida empezó a correr peligro. 

En ese tiempo se enfrentó a los nobles indicando que Rusia no tenía que ir a la guerra, posiblemente sabiendo que quien moriría sería el pueblo y no las clases elitistas. Pero el Zar, amante de los alardes bélicos y batallas campales se enfrasca en la contienda dejando a sus espaldas una gran cantidad de súbditos muertos.

Viendo que el Zar Nicolás II podría retirase por la influencia que ejercía la Zarina en su Emperador, a causa del Monje, deciden eliminarlo.
Príncipe Yusupov y su familia

Así que el Príncipe Yusupov con su primo Purichkevich, el doctor Sukhnotin y el conde Demetrio Paulovich invitan a Rasputín a una cena, la cual estaba envenenada con cianuro; estos sabiendo de la glotonería y amor al fruto de ofrenda al dios Baco, le proveen de un festín, pero el monje no es tonto y se da cuenta de la estratagema, así que pide otro vino que no esta en la mesa y cuando se lo bebe ante los anfitriones come como un poseso; pero algo falla pues no muere, así que el príncipe saca su pistola y le pega un tiro apuntando al corazón, cayendo al suelo fulminado, este se acerca para ver si a muerto, cuando Rasputín abre los ojos y lo agarra por el cuello, Yusopov dispara más veces pero Rasputín consigue salir del edificio desplomándose sobre un montón de nieve.

Estos cogen una alfombra y lo enrollan tirándolo al Río Neva.

A la mañana siguiente cuando encuentran su cuerpo deciden hacerle la autopsia, declarando esta que murió ahogado.
Aunque la vida de este personaje termino aquí, para algunos coleó su presencia hasta la desaparición de los Romanov, pues se cumplió una de sus profecías que dice así:

"Siento que moriré antes del primero de Enero... si soy asesinado por plebeyos, y especialmente por mis hermanos los campesinos rusos, nada tendrás que temer... tu trono se asentará por cientos de años y tu hijo será Emperador y Zar. Pero si soy asesinado por nobles, mí sangre permanecerá en sus manos por veinticinco años. Tendrán que abandonar Rusia, los hermanos se enfrentarán a los hermanos, el odio dividirá las familias y el país se quedará sin nobleza o Imperio..." 

Efectivamente, esto ocurrió en la noche del 29 al 30 de Diciembre de 1916 y al año siguiente los Romanov fueron masacrados, terminando así el imperio zarista.

Rasputín, un hombre que podía haber manejado los asuntos de un gobierno a su favor para enriquecerse y no lo hizo, estuvo en el poder y no le importaba su imagen, un hombre que sabía manejar a la gente a su antojo, no supo controlarse a si mismo.


Que cada uno juzgue por si mismo. En lo único que podemos todos concluir es que, su vida es interesante.

Bibliografía:
Wikipedia
National Greographic Historia
Biografías
BBC

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