domingo, 15 de marzo de 2015

"EL ARROPIERO" EL MAYOR ASESINO DE LA CRIMINOLOGIA ESPAÑOLA

"EL ARROPIERO" 
EL MAYOR ASESINO DE LA CRIMINOLOGIA ESPAÑOLA 


En 1943, año de hambre en la España que comenzaba una nueva etapa impuesta por las armas, nacía Manuel Delgado Villegas "El Arropiero", el que sería años después el mayor asesino de España y que nunca fue juzgado.

La historia de este hombre es sin duda de novela, una historia que no se le desea ni al peor enemigo; su infancia ya comenzó siendo dura, pues su madre murió en el parto y por lo tanto como muchos otros niños de esa época fue criado por otras personas que no eran sus progenitores, en este caso sus abuelos y tíos, no siendo tratado con cariño, ya que las palizas y malos tratos es su día a día, hasta que después de la adolescencia que se marcha a vivir su vida. 


En la escuela tampoco fue bueno, no llegaba a integrarse teniendo malas asociaciones que le indujeron a la posterior vida que tuvo. La violencia fue su norma ante algo que le importunaba, daba igual lo que fuera, desde que le naciera el bello en el centro del bigote, pues se lo afeitaba por su parecido a Cantinflas, como que le negaran entrar a algún local.


La verdad que la vida de este hombre no fue fácil, así que después de marchar de casa las compañías fueron homosexuales y prostitutas, ya que era bisexual, participando en atracos de poca monta siendo detenido bajo la ley de "vagos y maleantes".

El ingreso en la Legión aumentó esta vida llena de desgracias, el consumo de la marihuana empezó a ser cotidiano, siendo rechazado por los ataques epilépticos, que no se saben si eran reales o no; comenzó una vida de mendicidad y de trabajos poco remunerados por la costa mediterránea en varios países como España, Francia e Italia.

De todo esto se sabe después de su detención, el 8 de Enero de 1971; detenido por el asesinato de una joven con retraso mental que tenía fama de buscar hombres para tener sexo y que abiertamente tuvo una relación mas o menos estable con él, presentándosela a su padre como novia; cuando el cuerpo de esta apareció con los leotardos atados al cuello y con un golpe en la cabeza todos los indicios llevaron a la policía al Arropiero, siendo este alias dado, por que junto a su padre vendía golosinas con arrope, un liquido dulzón que se saca de los higos.

El Arropiero comienza a detallar sus crímenes:

1964 En Garraf (Barcelona) describe lo siguiente:

             "Vi un hombre dormido apoyado en un muro. Me acerqué a él muy despacio y, con una gruesa piedra que cogí cerca del muro, le di en la cabeza. Cuando vi que estaba muerto, le robé la cartera y el reloj que llevaba en la muñeca. ¡No tenía casi nada y el reloj era malo!".  

De ahí se traslada a Ibiza donde explica como asesina a una joven francesa y a su compañero, norteamericano, en un Chalet deshabitado, con la excusa de que creía que estaban robando. Los cuales querían terminar la noche de otra forma muy distinta.

En Madrid donde estuvo muy poco tiempo, asesinó a otro hombre que resulto ser el autor de un eslogan muy conocido en los años 40, "Chinchón, Anís, Plaza y Mesón", con la excusa que llevaba a una niña que quería violar.

De ahí se traslada a Barcelona donde asesina a un millonario vicioso, que contrataba servicios de hombres, el cual pagaba 300 pesetas, el Arropiero le pidió 1.000, aceptando el cliente, cuando concluyó la fiesta solo recibió 300, a lo cual el Arropiero no se lo pensó y le partió el cuello.

Pero cuando ya llega al limite, es en 1969, atacando a una mujer de 68 años, la despeña desde un altura de 10 metros, la esconde en un túnel y practica necrofilia durante días.

A partir de suceso decide irse al Puerto de Santa Maria con su padre, donde conoce a un hombre con el que mantiene relaciones secretas, al cual asesina por  lo siguiente:

          "Fuimos a dar un paseo en moto y cuando íbamos a salir a la carretera general, me acarició. Le dije que se estuviera quieto, pero no me hizo caso. Enfadado, paré y le di un golpe en el cuello, despacio, pero era tan flojo que se cayó y se rompió las gafas. No respiraba bien y me dijo que lo llevara al fresco, junto al río. Allí intentó otra vez tocarme y, sin pensarlo, le solté un golpe más fuerte y cayó al fango, boca abajo e inmóvil" 

Entonces fue cuando conoció a la chica que antes hemos descrito y que asesinó por el siguiente motivo:

           "Salimos a dar un paseo y por una veredas fuimos al campo de Galvecito; hacíamos el amor siempre en él sin que nadie nos viera. Lo hicimos, como siempre, de muchas formas, pero me pidió una cosa que me daba asco. Cuando me negué a ello me insultó y me dijo que no era hombre, pues otros se lo habían hecho.Entonces le pegué un golpe, y como no se callaba y me seguía insultando, le puse al cuello los leotardos que se había quitado y apreté hasta que se murió".

Con ella también practicó necrofilia.

Estos son los asesinatos más llamativos del Arropiero, ya que confesó 48, de los cuales nunca fue juzgado, y pudieron ser muchos más ya que los de Francia e Italia solo se le imputaron dos delitos, siendo probados solo 8 por la falta de testigos en todos ellos.

Se decidió internarlo en un centro psiquiátrico de Carabanchel, donde estuvo hasta que cerro el centro; fue examinado por especialistas que le diagnosticaron:

-Anaspermatismo, ausencia de eyaculación, lo cual no podía conseguir el orgasmo,de ahí la promiscuidad y la tendencia a lo sexual.

-Poseedor del Cromosoma XYY, denominado como el de la criminalidad.

-Desviación, sexual por la necrofilia.

-Carencia total de sentimientos, remordimientos y culpabilidad, ya que todo lo que había hecho lo veía como normal.

Según el Director del centro de Carabanchel era bajo pero con una fuerza grande, no se sabía lo que pasaba por su cabeza, sin escrúpulos y retorcido, al que le gustaba alardear de sus hazañas donde se veía que la piedad y el perdón no tenían cabida

Cuando el centro de Carabanchel fue clausurado, estuvo recluido en un centro alicantino hasta que la ley cambió de nuevo y fue puesto en libertad, muriendo a los pocos años, 1998.









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