domingo, 28 de agosto de 2016

I HAVE A DREAM, TENGO UN SUEÑO


El 28 de Agosto de 1963 se manifestaban ante el monumento de Abrahan Linconl en Washington D.C. unas 250.000 personas a favor del trabajo y las libertades, en ese día se pronunciaría uno de los discursos más importantes para la humanidad por las frases que el Reverendo Martin Luther King Jr. pronunció cuando le llegó el turno.

El discurso con el título I HAVE A DREAM (Tengo un sueño) explicaba cómo se encontraba el colectivo negro dentro de la nación estadounidense y como está debería reaccionar ante este, ya que hacia cerca de 100 años que se había aprobado la decimotercera enmienda donde se abolió la esclavitud. El lugar fue apropiado pues estaban a los pies del presidente de los EEUU que presionó y pudo lograr que al menos, todos los norteamericanos fueran libres.

No obstante el racismo es muy difícil de eliminar de esta nación que "supuestamente" presume de proporcionar las mismas oportunidades a todos los hombres sean de la raza que sean, por eso una de las frases del discurso fue:

"Tengo un sueño, que mis cuatros hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su reputación"

Algo que para muchos hoy en día nos escandaliza, ya que para todos debe ser igual la ley, pero en la década de los sesenta en Estados Unidos no era así, pero algo iba a cambiar, estaba emergiendo una nueva generación donde la segregación racial ya no es que fuera incomoda sino que no debería existir. Los jóvenes negros junto con algunos blancos que no veían bien esa separación comenzaron sus movilizaciones.

Una de ellas fue el boicot de autobuses en Montgomery en 1955, después de la detención de Rosa Parks al negarse a ceder su asiento de autobús y tener que sentarse al final. Este hecho fue el inicio de la popularidad de Luther King en el activismo contra las leyes impuestas en Alabama de segregación en los autobuses.

Es increíble como seguía ese pensamiento tan arraigado en las mentes de los estadounidenses de que la raza blanca era superior a la negra después de 100 años de la abolición de la esclavitud. Pero si investigamos un poco vemos como incluso hombres prominentes como presidentes de esta nación seguían defendiendo tales hechos:

“Estoy convencido de que la actual invasión de mano de obra china […] es perniciosa y debería ser atajada. Nuestra experiencia con las razas más débiles – negros e indios, por ejemplo – es una buena muestra de ello” Rutherford Hayes. 19º Presidente de EEUU, (1877-1881).

“[…] las tribus salvajes esparcidas, cuya existencia era solamente unos pocos escalones menos insignificantes, escuálida y feroz que la de otras bestias. [Dicha guerra sería] beneficiosa para la civilización y en interés de la humanidad”. Theodore Roosevelt.26º Presidente de los EEUU. (1901-1909)

“América debe conservarse americana. Las leyes biológicas demuestran que los nórdicos se deterioran al mezclarse con otras razas”. Calvin Coolidge. 
30º Presidente de EEUU (1923-1929)

Y lo mismo de increíble que la mayoría siguiera impasible ante tal situación, por lo que muchos no lo hacían públicamente, pero los hechos evidenciaban esa fuerte animadversión hacia los negros, nipones e indios, y  aunque tuvieron que crear cuerpos militares donde se mezclaban las razas, después de la II Guerra Mundial, siempre el marine blanco era el héroe, el que ascendía en la carrera militar mientras los negros eran conservados, digeríamos como carne de cañón.

Otro hecho que levantó ampollas en este tiempo fue la muerte de la cantante negra negra Bessie Smith. Esta mujer tuvo un accidente de tráfico con la mala fortuna de producirse en Mississipi, ya que no pudo obtener la asistencia médica necesaria en los hospitales de este estado falleciendo desangrada, pues eran hospitales para blancos, la ambulancia se recorrió todos los centros sanitarios donde le denegaron una bolsa de transfusión sanguínea.

Y aunque hubo más sucesos trágicos estos quedaron como ejemplos para demostrar al mundo la desigualdad racial que existía.

La televisión llevó a todo el país y fuera de él el lamentable espectáculo que se estaba produciendo en los estados sureños al seguir con la segregación, por eso reaccionó tanto la población en general y sobre todo después de discursos como este.

Os dejo la traducción de este discurso para podáis leerlo y el vídeo para escucharlo, merece la pena meditar un poco sobre sus palabras:

"Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria 
en medio de un inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.
Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya un otoño vigorizante de libertad e igualdad.1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre. No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. 
La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su destino está unido al nuestro y su libertad está inextricáblemente ligada a la nuestra. No podemos caminar solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver atrás.Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"
Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande. Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".
Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.
Regresen a Misisipi, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.
Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".
Tengo un sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".
Tengo un sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Tengo un sueño que un día, incluso el estado de Misisipi, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Tengo un sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Tengo un sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Tengo un sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día seremos libres.
Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antecesores murieron, tierra orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.
Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: ! ¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipi! "De cada costado de la montaña, que repique la libertad".
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!""

Bibliografía:
http://www.msssi.gob.es/ssi/igualdadOportunidades/noDiscriminacion/documentos/Martin_Luther_King_Tengo_un_sueno.pdf
https://www.marxists.org/espanol/king/1963/agosto28.htm
https://www.um.es/tonosdigital/znum7/relecturas/Ihaveadream.htm
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/actualidad/el-discurso-de-martin-luther-king-al-recoger-el-premio-nobel-de-la-paz_10046

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