sábado, 15 de noviembre de 2014

NACE UN GRAN POETA




El 15 de noviembre de 1886 nacía en el barrio de San Telmo  (Buenos Aires)

Baldomero Fernández Moreno

Fue poeta y médico rural, nacido en el seno de una familia de buena posición económica. 

A los seis años de edad, se radica con su familia en España, donde pasa sus años decisivos de la infancia,entre Madrid  y Barcelona, que dejaron una impronta indeleble en su obra, la que evocaría más tarde en su obra "La patria desconocida" y en "Aldea española".

Regresa a la Argentina en el año 1897, ingresando al Instituto del Cardenal Cisneros, donde comienza a descubrir a los poetas argentinos, americanos y también a los españoles, entre ellos: Echeverría, Obligado, Nuñez de Arce y Campoamor.

Se casa en 1919 con la inspiradora de sus poemas: Dalmira del Carmen Lopez Osornio y tienen cuatro hijos.

En 1949 tuvo un accidente cerebrovascular y un segundo el 7 de julio de 1950 que le ocasionó la muerte, en su casa de Francisco Bilbao 2384, barrio de Flores. Fue sepultado en el cementerio de Chascomús. Llevan su nombre: una calle de Buenos Aires, la Escuela de Comercio Nro. 4, una de las estaciones del ferrocarril Urquiza y como dato pintoresco o turístico, uno de sus sonetos está inscripto en la cara sur del Obelisco.

Sus versos son cuidados y sencillos. Tenía un especial cuidado de la palabra, una lírica permanentemente emotiva.

No hacía distinción entre una realidad poética y otra que no lo fuera.
Siempre consideró que si el hombre se permite ser poeta, todo lo que mira puede transmutarlo en poesía. Consideraba que podía ser poesía tanto una mata de hierba como una vereda en la ciudad o en el campo, un molino, o las vísceras del cuerpo humano.

Tanto Jorge Luis Borges como Ezequiel Martínez Estrada han examinado la mirada poética de Baldomero para captar la realidad urbana o rural.
Según Borges, Buenos Aires fue «vista para siempre» en algunos de sus versos.

Otro de los que se sintieron inspirados por su obra fue Mario Benedetti, que sin rubor declaró que fue como su maestro, aún sin conocerlo, pero su obra se le presentó reveladora para la poesía que él buscaba.

Leopoldo Lugones también se mostró admirador de su obra.


Obra:

Las iniciales del misal (1915), Ciudad (1917), Por el amor y por ella (1918)

Campo argentino (1919), Versos de Negrita (1920), Nuevos poemas (1921)

Canto de amor, de luz y de agua (1922), Mil novecientos veintidós (1922)

El hogar en el campo (1923), Aldea española (1925), El hijo (1926)

Décimas (1928), Último cofre de Negrita (1929), Sonetos (1929)

Cuadernillos de verano (1931), Dos poemas (1935), Seguidillas (1936)

Romances (1936), Continuación (1938), Yo, médico; yo, catedrático (1941)

Buenos Aires: ciudad, pueblo, campo (1941), Tres poemas de amor (1941)

Sonetos cristianos (1942), San José de Flores (1943)

La mariposa y la viga (1947)

Aquí uno de sus famosos poemas:

SETENTA BALCONES Y NINGUNA FLOR

Setenta balcones hay en esta casa,
setenta balcones y ninguna flor.
¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?
¿Odian el perfume, odian el color?

La piedra desnuda de tristeza
¡dan una tristeza los negros balcones!
¿No hay en esta casa una niña novia?
¿No hay algún poeta lleno de ilusiones?

¿Ninguno desea ver tras los cristales
una diminuta copia de jardín?
¿En la piedra blanca trepar los rosales,
en los hierros negros abrirse un jazmín?

Si no aman las plantas no amarán el ave,
no sabrán de música, de rimas, de amor.
Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor!

Este poema lo dedicó al colegio secundario que lleva su nombre en la calle Bolívar y San Juan, Capital Federal, Buenos Aires. Y donde él era profesor. El edificio muy antiguo y grande tiene todas sus aulas con ventanales que dan a un gran patio y en las cuales se inspiró. En el mismo sólo había un árbol y ninguna flor.



Toda la poesía es un tranquilizante para el alma.

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