Desde 1492 cuando mundialmente se supo que las tierras donde arribó Cristobal Colón no eran las de las especias fue un ir y venir de exploradores y conquistadores españoles y portugueses queriendo hacer fortuna en unas tierras nuevas para los europeos y que creían que debían ser suyas por las riquezas que presentaban y como el nivel tecnológico inferior a los visitantes les sería muy facil obtenerlas. Aunque lo que más se conoce es la exploración de las tierras centro y sur de América ya contaremos como fueron los españoles los primeros europeos que avistaron las grandes estepas del Oeste americano.
Es fascinante conocer las expediciones españolas en el nuevo Mundo, son tantas como poco conocidas ya que parece que solo Hernán Cortés y Pizarro hicieron grandes hazañas y por eso muchas personas no conocen a los intrépidos hombres que las llevaron a cabo.
Conocemos más de Roma y conquistadores, de Egipto y sus batallas, que de los exploradores españoles que valientemente se internaron con unos pésimos barcos en un océano que desconocían para llegar a unas tierras que estaban allí que nadie conocía.
Por eso hoy vamos a recordar la historia de un grupo de exploradores que merece la pena.
Se trata de la expedición que comandaba Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, un jerezano que exploró la costa de la Florida, la actual Luisiana subiendo por Texas hasta llegar a la costa de California llegando a México, volviendo a la madre patria en 1537.
Regresó al Nuevo Mundo como segundo Adelantado del Río de la Plata en 1540 llegando a la Isla de Santa Catalina, que entonces se llamaba La Vera, unos mese después.
Como en la isla había recibido informes de que los indios de la zona estaban oprimiendo a los colonos españoles y a los fuertes que se habían establecido en la jurisdicción que le pertenecía, decidió ir al fuerte de Asunción del Paraguay para sofocar esos brotes de rebelión. La expedición partió en Noviembre de 1541 por una ruta completamente distinta a la habitual. en vez de navegar por los ríos Paraguay y Paraná, anchos y caudalosos, lo hicieron por tierra, lo cual tenía doble riesgo ya que la ruta no la conocían bien y sabían de ataques a exploradores portugueses siendo masacrados.
Ahora hagamos un viaje en el tiempo e imaginemos que somos de la expedición de Alvar y tenemos que seguir sus órdenes.
Nos internamos en la selva brasileña donde no hay caminos ni senderos transitables, solo la guía de los indígenas que son amigos. La temperatura hace estragos y es que esa zona la calor es tan humedad, llegando al 90%, que hace que los soldados ralenticen la marcha, los caballos estaban nerviosos, los mosquitos causan fiebres, etc.
En fin, que aquella expedición no era un paseo ni una ruta de senderismo donde todo está marcado, y llevamos todos los pertrechos suficientes dependiendo en la estación que estemos.
Estos hombres no sabían donde se metían, no conocían nada de la zona, solo lo que hubieran contado y seguro que era exagerado, seguro que lo que se encontraran en su camino sería una nueva experiencia, animales, plantas, ruidos, etc.
Pero todavía no habían llegado a descubrir lo que le deparaba la expedición.
Llegando al río Iguazú, que significa Agua Grande, los indígenas les advirtieron que las tribus de la zona donde estaban era malas y enemigas de ellos, además habían masacrado a varias expediciones. Entonces Alvar decide cambiar la estrategia dividiendo su tropa, una parte sigue por tierra y otra navegará por el río mediante canoas que fabrican allí mismo.
Cuando emplearon esta estrategia los indígenas que los esperaban para masacrarlos se sintieron confundidos y no hicieron nada, pero Alvar se encontró con algo inesperado que por un momento lo dejó bloqueado.
Siguiendo la corriente hasta el río Paraná que era el punto de encuentro, notaron como las canoas aumentaron la velocidad de tal forma que se asustaron, un ruido comenzó a oírse cada vez más fuerte, un vapor enorme emergía de las aguas, entonces fue avisado de que se estaban acercando a unas cataratas por lo que hicieron todo lo posible para arribar en la orilla y seguir el camino a pie hasta que el río se tranquilizase.
Según las crónicas la catarata era impresionante porque los saltos de agua eran enormes, nunca se había visto algo igual, así que los llamaron "Saltos de Santa María".
"A postrero día del dicho mes de enero, yendo caminando por la tierra y provincia, llegaron a un río que se llama Iguazú, y antes de llegar al río anduvieron ocho jornadas de tierra despoblada, sin hallar ningín lugar poblado de indios. Este río Iguazú es el primer río que pasaron al principio de la jornada cuando salieron de la costa del Brasil.
Llámase también por aquella parte Iguazú; corre del esteoeste; en él no hay poblado ninguno; tomose el altura en veinte y cinco grados y medio. Llegados que fueron al río de Iguazú, fue informado de los indios naturales que el dicho río entra en el río Paraná y el río de Iguazú mataron los indios a los portugueses que martín Alonso de Sosa envió a descubrir aquella tierra; al mismo tiempo que pasaron el río en canoas, dieron los indios en ellos y los mataron.
Algunos de estos indios de la ribera del Paraná, que ansí mataron a los portugueses, le avisaron al Gobernador que los indios del río Piquerí, que era mala gente, enemigos nuestros, y que les estaban aguardando para acometerlos y matarlos en el paso del río, que por esta causa acordó el Gobernador, sobre acuerdo, de tomar y asegurar por dos partes el río, yendo él con parte de su gente en canoas por el río Iguazú abajo y salirse a poner en el río del Paraná y por la otra parte fuese el resto de la gente y caballos por tierra, y se pusiesen y confrontasen con la otra parte del río, para poner temor a los indios y pasar en las canoas toda la gente; lo cual fue así puesto en efecto; y en ciertas canoas que compró a los indios de la tierra se embarcó el Gobernador con hasta ochenta hombres, y así se partieron por el río Iguazú abajo, y el resto de la gente y caballos mandó que fuesen por tierra, según esta dicho, y que todos se fuesen a juntar en el río del Paraná.
Y yendo por dicho río de Iguazú abajo era la corriente tan grande que corrían las canoas por él con mucha furia; y esto causólo que muy cerca de donde se embarcó da el río un salto por unas peñas muy altas, y da el agua en lo bajo de la tierra tan gran golpe que de muy lejos se oye, y la espuma el agua como cae con tanta fuerza, sube en salto dos lanzas y más, por manera que fue necesario salir de las canoas y sacarlas del agua y llevarlas por tierra hasta pasar el sitio, y a fuerza de brazos las llevaron más de media legua en que se pasaron muy grandes trabajos”,
"salvado aquel mal paso, volvieron a meter en el agua las dichas canoas y proseguir su viaje; y fueron por el dicho río abajo que llegaron al río del Paraná; y fue Dios servido que el dicho río abajo hasta que llegaron al río del canoas y gente, con el Gobernador que en ellas iban, llegaron todos a un tiempo, y en la ribera del río estaban muy gran número de indios de la misma generación de los guaraníes, todos muy emplumados con plumas de papagayos y almagrados, pintados de muchas maneras y colores, y con sus arcos y flechas en las manos hecho un escuadrón de ellos, que era muy gran placer de los ver.
Como el Gobernador y su gente, pusieron mucho temor a los indios, y estuvieron muy confusos, y comenzó por lenguas de los intérpretes a les hablar, y a derramar entre los principales de ellos muy grandes rescates; y como fuese gente muy codiciosa y amiga de novedades, comenzaron a sosegar y allegarse al Gobernador y su gente, y muchos de los indios les ayudaron a pasar de la otra parte del río; y como hubieren pasado mandó el Gobernador que de las canoas se hiciesen balsas juntándolas de dos en dos; las cuales hechas, en espacio de dos horas fue pasada toda la gente y caballos de la otra parte del río; con concordia de los naturales, ayudándoles ellos propios a los pasar. Este río del Paraná, por la parte que lo pasaron, era de ancho un gran tiro de ballesta, es muy hondable y lleva muy gran corriente, y al pasar del río se trastornó una canoa con ciertos cristianos, uno de los cuales se ahogó porque la corriente lo llevó, que nunca más apareció. Hace este río muy grandes remolinos, con la fuerza del agua y gran hondura de él".
Increible ¿verdad?
Hombres valientes donde los haya, que no se asustaron por grande que fuera la empresa y sin saber a lo que se enfrentarían
Bibliografía:
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lvar_N%C3%BA%C3%B1ez_Cabeza_de_Vaca
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/nunez_cabeza_de_vaca.html
http://sevilla.abc.es/sevilla/20130821/sevi-alvar-nunez-cabeza-201308141512.html
http://www.iguazuargentina.com/el-navegante-y-explorador-espanol-alvar-nunez-cabeza-de-vaca-descubre-las-cataratas-de-iguazu/
http://noticias.universia.es/en-portada/noticia/2012/01/31/908283/cumplen-470-anos-descubrimiento-cataratas-iguazu.html
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